A pesar de que su carrera literaria fue breve (debido a su temprana muerte), el escritor John Keats logró convertirse, gracias a la calidad de sus obras, en uno de los poetas británicos más destacados del movimiento romántico.
La vida de este autor que quedó huérfano de padre con sólo ocho años de edad, comenzó el 31 de octubre de 1795 en Finsbury Pavement (región cercana a Londres). Allí vivió junto a su familia hasta que su madre, que murió en 1810 de tuberculosis, decidió instalarse sus hermanos en la casa de un familiar.
Pese a su interés por la literatura clásica, este estudiante del centro escolar de Clarke (Enfield) se convirtió a los 15 años en aprendiz de cirujano y, de 1814 a 1816, estudió medicina en el Guy’s Hospital de Londres. Keats llegó a convertirse en farmacéutico, pero nunca ejerció como tal debido a su decisión de dedicarse por completo a la poesía.
Así fue como, a partir de 1817, quien fuera amigo de Percy B. Shelley y Lord Byron, comenzó a alternar su actividad literaria con diversos viajes que lo llevaron, primero, a la Isla de Wight y, luego, a Escocia e Irlanda.
“Sueño y poesía”, “Endymion: un romance poético”, “La víspera de Santa Agnes”, “La estrella brillante”, “La mujer hermosa sin gracia: una balada”, “Lamia, Isabella, La víspera de Santa Inés y otros poemas”, “Oda a un ruiseñor”, “Oda sobre una urna griega”, “Oda a la melancolía” y “Al otoño” son las obras literarias más destacadas de este gran poeta que, el 23 de febrero de 1821 falleció, al igual que su madre y su hermano Tom, de tuberculosis. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio protestante de Roma y, sobre su lápida, puede leerse: “Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en agua”.
Maider Salgado Álvarez
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