lunes, 3 de junio de 2013

Samuel Beckett: Esperando a Godot

Esperando a Godot (francés: En attendant Godot) -que algunas veces se subtitula: Tragicomedia en 2 actos- es una obra perteneciente al Teatro del absurdo de Samuel Beckett escrita a finales de los años 40 y publicada en 1952 por Éditions de Minuit. Beckett escribió la obra originalmente en francés, su segunda lengua, como En attendant Godot (Mientras se espera a Godot). La traducción al inglés fue realizada por el mismo Beckett y publicada en 1955. La obra se divide en dos actos, y en ambos aparecen dos vagabundos llamados Vladimir y Estragon que esperan en vano junto a un camino a un tal Godot, con quien  tienen alguna cita. El público nunca llega a saber quién es Godot, o qué tipo de asunto han de tratar con él. En cada acto el cruel Pozzo y su esclavo Lucky (inglés: afortunado) aparecen, seguidos de un chico que hace llegar el mensaje a Vladimir y Estragon de que Godot no vendrá hoy pero mañana seguro que sí. Esta trama que intencionalmente no tiene ningún hecho relevante y es altamente repetitiva, simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida humana, lo cual es un tema recurrente del existencialismo. Una interpretación extendida del misteriosamente ausente Godot es que representa a Dios (en inglés: God), aunque Beckett siempre negó esto. Como nombre propio, Godot puede ser un derivado de un cierto número de verbos franceses. Beckett afirmó que derivaba de godillot, que en jerga francesa significa bota. El título podría entonces sugerir que los personajes están Esperando a la bota

Sinopsis:

La obra está dividida en dos actos. La trama trata de Vladimir (también llamado “Didi”) y Estragon (también llamado “Gogo”), quienes llegan a un lugar junto a un camino al lado de un árbol para esperar la llegada de Godot. Vladimir y Estragon parecen ser vagabundos: su ropa es andrajosa y no les viene bien; otra teoría es que podrían ser refugiados o soldados desplazados de un conflicto, como la Segunda Guerra Mundial, que acababa de terminar y que inspiró mucho a Beckett. Pasan el tiempo conversando y a veces discutiendo. Estragon se queja de que las botas no le vienen, y Vladimir presume de piernas agarrotadas debido a un doloroso problema de vejiga. Hacen vagas alusiones sobre la naturaleza de sus circunstancias y sobre las razones para encontrarse con Godot, pero el público nunca llega a saber quién es Godot o por qué es tan importante. Pronto les interrumpe la llegada de Pozzo, un hombre cruel pero lírico que afirma ser el dueño de la tierra donde se encuentran, junto con su criado Lucky, a quien parece controlar por medio de una larga cuerda. Pozzo se sienta para darse un festín de pollo, y más tarde tira los huesos a los dos vagabundos. Los entretiene haciendo a Lucky bailar animadamente, y entonces les da un sermón improvisado sobre las teorías del Obispo Berkeley. Tras la partida de Pozzo y Lucky, un niño llega con un mensaje de Godot, aparentemente: no vendrá hoy, pero vendrá mañana por la tarde. El muchacho también confiesa que Godot pega a su hermano y que él y su hermano duermen en la buhardilla de un granero. El segundo acto sigue un patrón similar al del primero, pero cuando Pozzo y Lucky llegan, Pozzo se ha vuelto inexplicablemente ciego y Lucky se ha quedado mudo. De nuevo el chico llega para anunciar que Godot no vendrá, si bien el muchacho afirma no ser el mismo niño que el día anterior había traído el mensaje. 

El celebérrimo final de la obra resume con claridad su falta de acción: 

Vladimir: ¡Qué! ¿Nos vamos? 

Estragon: Sí, vámonos. 

No se mueven. 

Interpretaciones.

Beckett utiliza la interacción entre sus personajes para simbolizar el tedio y la carencia de significado de la vida moderna, ambos temas principales del existencialismo. El crítico Vivian Mercier resumió los dos actos de la obra en: “nada ocurre, dos veces”. Otro crítico, referiéndose a las interminables escenas y a la escasez de personajes, resumió su crítica con una frase de la propia obra: “¡Nada ocurre, nadie viene, nadie va, es terrible!” A pesar de esa frialdad, sin embargo, tiene momentos cómicos, algunos que recuerdan el hieratismo de la comedia de Charlie Chaplin o Buster Keaton. Algunas de las escenas que incluían juegos con sombreros fueron adaptadas de los Hermanos Marx, y quizás el número de personajes -cuatro, de los cuales uno es mudo y otro tiene un nombre italiano- podría basarse en lo mismo. El crítico Kenneth Burke argumentó que la relación de Vladimir y Estragon está basada en la de Laurel y Hardy (El Gordo y el Flaco). Casi al final de la obra, por nombrar uno de los momentos más ridículos, Estragon se quita la cuerda que actúa como cinturón para poder ahorcarse con ella, y sus pantalones caen. En la producción original en francés, Beckett exigió categóricamente que el actor que interpretaba a Estragon, quien se mostraba reacio a realizar una escena tan tonta, siguiera el guión al pie de la letra. Muchos lectores de esta obra han interpretado que el personaje Godot repersenta simbólicamente a Dios, pues no aparece en ningún momento y la espera sin objetivo claro de Vladimir y Estragon representaría la espera de las masas por un ser que jamás aparecerá. Es una interpretación bastante popular de la obra, pero el mismo Beckett lo negó taxativamente durante toda su vida: “Si por Godot hubiera querido decir Dios, habría dicho Dios y no Godot”. Otras interpretaciones mantienen que Pozzo representa el papel de explotador o dictador, dado su abuso tiránico de su criado y esclavo Lucky, quien ni siquiera piensa si no se le ordena (y cuando lo hace se niega a escuchar las órdenes de Pozzo durante un tiempo). Pozzo usa la búsqueda de Godot para hacer que Vladimir y Estragon se queden y hablen con él, paralelismo con el uso de la devoción a Dios de las masas por parte de los líderes oportunistas para su propio beneficio. Éste fue el tercer intento de Beckett en el campo del drama después de una obra que no llegó a terminar sobre Samuel Johnson, y la mucho más convencional Eleutheria (que Beckett eliminó después de escribir Godot). Godot fue la primera que se llevó a escena. Fue un gran paso adelante hacia la experiencia normal humana tras su novela The Unnamable. Subtitulado como una tragicomedia, el guión hace poca referencia a cómo deben ser el escenario o el vestuario (excepto la nota que especificaba que los cuatro personajes principales debían llevar bombines); la única referencia al escenario es escueta: “Un camino en el campo. Un árbol. De tarde”, antes del Primer Acto.







Andrea Camba Mirás

viernes, 24 de mayo de 2013

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LA CANTANTE CALVA, EUGÈNE IONESCO

La cantante calva es la primera obra de teatro de Eugène Ionesco: se estrena en 1950 en el Théâtre des Noctambules (París), con la puesta en escena de Nicolas Bataille, y provocando un gran escándalo entre el público.

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Los protagonistas son el Señor y la Señora Smith, el Señor y la Señora Martin, la sirvienta Mary y el capitán de bomberos. Se trata de una obra con un único acto y once escenas.

La primera escena comienza con el matrimonio Smith, burgueses ingleses, que conversan banalidades sobre su reciente cena. Siguen con un absurdo diálogo sobre los buenos y los malos médicos, que el Señor Smith finaliza con la siguiente inaudita afirmación “Hay algo que no comprendo. ¿Por qué en la sección del registro civil del diario dan siempre la edad de las personas muertas y nunca la de los recién nacidos? Es absurdo”.
Continúa la escena con una conversación sobre un viejo conocido del matrimonio – Bobby Watson, muerto hace tres años – y el buen aspecto que tenía su cadáver. Además, sorprendentemente, la esposa, los hijos – que a veces comentan que existen y otras veces lo niegan rotundamente – y los demás parientes del fallecido también se llamaban Bobby.

En la segunda escena aparece Mary, que anuncia a los Smith que sus invitados, los Martin, han llegado a la casa; como los Smith tenían hambre, no les han esperado para cenar.

Salen los Smith para vestirse adecuadamente en honor a la visita, y empieza la tercera escena con Mary, que reprocha a los Martin su falta de cortesía al llegar con retraso, y les pide que esperen.

En la cuarta escena, el matrimonio Martin comienza una disparatada conversación en la que parece que se recuerdan levemente, y poco a poco, teniendo en cuenta todas las coincidencias en sus vidas, terminan deduciendo que son esposos.

En la quinta escena, Mary – que afirma que en realidad es Sherlock Holmes – comenta al público que los Martin no son quien ellos piensan ser: a pesar de tantas coincidencias en sus vidas, no son marido y mujer.

En la escena sexta, los Martin, emocionados, acuerdan intentar no volver a perderse, tras haberse descubierto.

En la séptima escena, entran los Smith – por cierto, sin cambiarse de ropa – y recriminan también a sus invitados por llegar tarde. La señora Martin narra varias situaciones extravagantes que ha observado: un hombre atándose el zapato, otro leyendo el periódico en el metro, etc. ante el regocijo de los demás. De repente, llaman a la puerta, pero no hay nadie... esta situación se repite varias veces y, enfadada, la Señora Smith afirma: “La experiencia nos enseña que cuando se oye llamar a la puerta nunca hay nadie”. Y vuelven a tocar por cuarta vez, aunque en esta ocasión aparece el capitán de los bomberos tras la puerta.

Comienza la octava escena, con el bombero interrogándoles sobre la razón de su discusión. Los dos matrimonios explican al bombero lo que ha sucedido: el capitán confiesa que llevaba tres cuartos de hora en la puerta, que las dos primeras veces él no había tocado al timbre, pero tampoco había visto a nadie, la tercera vez él había llamado pero se había escondido para bromear, y finalmente, la cuarta vez decide entrar. Y dialogan de esta manera “tan lógica”:

- Señor Martin: En resumidas cuentas, seguiremos sin saber si cuando llaman a la puerta hay o no alguien.

- Señora Smith: Nunca hay nadie.

- Señor Smith: Siempre hay alguien.

- El bombero: Voy a hacer que se pongan de acuerdo. Los dos tienen un poco de razón. Cuando llaman a la puerta, a veces hay alguien y a veces no hay nadie.

- Señor Martin. Eso me parece lógico.

- Señora Martin: También yo lo creo.

El bombero comenta que el motivo de su visita es saber si los Smith tienen algún fuego para apagar; las primas de los bomberos están bajando debido a la falta de incendios y el capitán debe salir a buscarlos. Los cinco personajes comienzan a relatar por turnos una serie de anécdotas, supuestamente reales, cada cual más pintoresca.

La escena nueve se abre con Mary entrando porque también desea contar su anécdota. Los dos matrimonios, elitistas, se molestan por la irrupción de la sirvienta, aunque Mary acaba recitando el poema “El fuego”, en honor al capitán de bomberos, mientras los Smith la empujan fuera de la sala.
En la décima escena, el bombero anuncia que debe irse, porque en exactamente “tres cuartos de hora y dieciséis minutos” tiene que apagar un incendio en el otro extremo de la ciudad. Al salir, se detiene un momento y se alude – por primera y última vez – al título de la obra:

- El bombero (se dirige hacia la salida y luego se detiene) A propósito, ¿y la cantante calva?

     (silencio general, incomodidad)

- Señora Smith: Sigue peinándose de la misma manera.

- El bombero: ¡Ah! Adiós, señores y señoras.

En la escena once, ya sin el bombero, sigue una absurda conversación entre los dos matrimonios. Entre las locas afirmaciones que aparecen, el señor Smith interviene con una soberbia afirmación referente a la lógica: “Tomen un círculo, acarícienlo, y se hará un círculo vicioso.”
Los actores van dándose continuas réplicas y contrarréplicas, de manera cada vez más violenta, y la escena termina con los cuatro en pie, gritando al unísono“Por allá, por aquí, ...”. De repente, se dejan de oír las palabras, se enciende la luz y aparecen los Martin, colocados de la misma manera que los Smith en la primera escena y repitiendo las mismas palabras, mientras el telón empieza a caer.

Desde el principio, Ionesco habla sobre la dificultad para expresarse y la imposibilidad de comunicación entre los seres humanos. El final muestra el carácter intercambiable de los personajes, y más en general, de los seres humanos, su carácter anodino y falto de importancia.

Ionesco titula la obra La cantante calva “Anti-pieza”, porque desea desde el principio provocar la perplejidad los espectadores, que esperan encontrar a la citada cantante en algún momento, e indicar que su pieza no tiene nada de convencional. En efecto, el título es una falsa pista, pues se refiere a un personaje que no aparece en la obra y al que se hace una breve alusión sólo en el décimo capitulo, provocando además la incomodidad de los protagonistas.

No hay argumento, y los diálogos sin sentido, aburridos, mecánicos, repetitivos, impersonales, con largos silencios a veces, van en contra de la estructura del teatro tradicional. La lógica y la incoherencia van de la mano, recurriendo incluso a un vocabulario argumentativo – sistema de argumentación, teoría, pruebas – durante las absurdas conversaciones, para que el disparate quede aún más patente.

La obra no termina, su estructura es claramente circular. No sucede como en el teatro clásico, donde encontramos la exposición, el nudo y el desenlace. Esta obra no posee conclusión, pues al final se vuelve a empezar, con la escena primera, intercambiado los personajes, como una nueva alusión a la banalidad de sus vidas.


Maider Salgado Álvarez 

jueves, 16 de mayo de 2013

EUGÈNE IONESCO

(Slatina, 1912 - París, 1994) Autor teatral francés de origen rumano que fue el creador y más distinguido representante, junto con Samuel Beckett, del teatro del absurdo.

De padre rumano y madre francesa, su infancia transcurrió en París. Reclamado por su padre, regresó a los trece años a Rumanía, donde realizó estudios y trabajos diversos y permaneció hasta 1938, cuando regresó a París. Inició su actividad periodística en diversos medios rumanos y provocó, en 1934, un fuerte escándalo por su ataque sarcástico a los valores literarios establecidos (T. Arghezi, I. Barbu, M. Eliade).

Aún volvió a su país tras declararse la guerra mundial, pero regresó a Francia (Marsella) en 1942. Fue agregado cultural de Rumanía en Vichy. Acabada la guerra y de nuevo en París, trabajó como corrector de pruebas y traductor. En 1950 se representó su primera obra, El Juego, que pese a no ser un éxito, le granjeó la amistad de intelectuales como A. Breton, Luis Buñuel, M. Eliade, R. Queneau y otros.

En 1970 fue elegido miembro de la Academie Française y obtuvo diversos premios literarios, que en adelante serían frecuentes, como sería frenética también su actividad en defensa de sus convicciones intelectuales y artísticas por toda Europa y América hasta el momento de su muerte.

El pesimismo se sitúa en la base del teatro del absurdo, que pretende poner de manifiesto la futilidad de la existencia humana en un mundo impredecible, junto con la imposibilidad de verdadera comunicación entre las personas; sin embargo, su obra está cargada de humor y sentido de la humanidad.

Entre las técnicas propias de tal dramaturgia figuran el "non sense" (juegos verbales sin sentido o sin sentido aparente), la creación de ambientes sofocantes y las situaciones carentes de lógica con el fin de resaltar el extrañamiento y la alienación; en todo caso, su principio esencial es subvertir los procedimientos de transposición literal de la realidad.


La obra teatral de Ionesco es muy amplia, y entre sus principales piezas se cuentan La cantante calva (1950), una sátira fundada en la vida cotidiana; La lección (1950), acerca de un profesor que asesina a sus alumnos; Las sillas (1952), donde los personajes hablan con seres que no existen; Amadeo o cómo salir del paso (1953), una parábola contra el matrimonio, y El nuevo inquilino (1956).

El rinoceronte (1959) es seguramente su obra más conocida; en ella, ante la resistencia y el asombro del protagonista, los habitantes de una villa se convierten en rinocerontes. Otras obras dramáticas suyas son La sed y el hambre (1964) y El rey se muere (1962). Escribió también abundantes textos sobre teatro, libros de memorias y una novela, El solitario (1974).

Ionesco fue uno de los dramaturgos más singulares e innovadores del siglo XX, de un humor mordaz y agudo, que consiguió trasladar al medio escénico las técnicas expresivas procedentes del surrealismo. De ese modo abrió nuevos caminos al teatro en una sociedad fragmentada y progresivamente dividida en compartimentos estancos, caminos que han sido seguidos por otros autores. Sus aportaciones a lo largo de medio siglo son transcendentales, aunque aún no sean apreciadas en su justa medida.







Maider Salgado Álvarez

LA FURA DELS BAUS



La Fura dels Baus es un grupo de teatro catalán creado en 1979 por Marcel·lí Antúnez Roca, Quico Palomar, Carles Padrissa y Pere Tantinyà. Se define como un grupo de teatro urbano que busca un espacio escénico distinto del tradicional. A partir de los años ochenta, y con obras como Accions, Suz/o/Suz, Tier Mon, Noun, MTM y Manes, sus escenografías buscan la integración del público en el espectáculo e incluyen música, movimiento, uso de nuevas tecnologías y de materiales naturales e industriales. De este modo se busca superar los límites impuestos por la concepción habitual del espacio escénico, y que el actor y el autor logren formar una misma entidad a través de la creación colectiva.

TRAYECTORIA

Durante los años noventa la compañía ha extendido sus proyectos artísticos al teatro de texto, el teatro digital, la ópera o la realización de grandes eventos, entre otras actividades. La Fura dels Baus participó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 1992 de Barcelona.

Fiel a sus principios de creación participativa, La Fura desarrolla proyectos a través de Internet, como Work in progress 97, espectáculo en el que se conectaban escenas que ocurrían simultáneamente en diversas ciudades, dentro de un ámbito de teatro digital.

Con Atlántida de Manuel de Falla y El martirio de San Sebastián de Claude Debussy la compañía se ha adentrado en el mundo de la ópera. Ha preparado una puesta en escena de La condenación de Fausto de Héctor Berlioz para el Festival de Salzburgo de 1999.

En febrero de 2007 La Fura realizó la representación de la ópera La fábula de Orfeo, de Claudio Monteverdi en las bodegas del barco «Naumon» en el Port Vell de Barcelona, en el 400 aniversario de su estreno en 1607 en el Palacio Ducal de los Gonzaga en Mantua (Italia) bajo la dirección del clavecinista y director barcelonés Àngel Villagrasa.

Participaron de la inauguración de los Juegos Mediterráneos de 2005 en Almería. También llevaron a cabo el espectáculo principal del cierre de las celebraciones por el Bicentenario del Levantamiento del dos de mayo en 2008 en la Plaza Mayor de Madrid.

Por último, también se ha adentrado en la industria cinematográfica con la película Fausto 5.0.

En el año 2012 llegaron al Teatro Colón de Buenos Aires.

ESPECTÁCULOS DE LENGUAJE FURERO
  • Accions (1984) 
  • Suz o Suz (1985) 
  • Tiermon (1988) 
  • Noun (1990) 
  • MTM (1994) 
  • Furamòbil (1999) 
  • Obs (2000) 
  • XXX (2002) 
  • Imperium (2007) 
  • Degustación de Titus Andronicus (2010) 
  • Origens (2010) 
MACROESPECTÁCULOS Y EVENTOS ESPECIALES
  • Mediterráneo, mar olímpico. Ceremonia de inauguración de los JJOO Barcelona ’92 (1992) 
  • Pepsíclope (1996) 
  • Simbiosis (1997) 
  • L’home del mil•leni (1999) 
  • La navaja en el ojo (2001) 
  • La Divina Comedia (2002) 
  • Al-mariyat Bayyana (2005) 
  • Inauguración del mundial de ciclismo en pista cubierta(2007) 
  • Cutty Sark Shangai-London (2007) 
  • Apertura del Harare International Festival of the Arts (2010) 
  • The Experience (2010) 
  • Up- Flors Còsmiques (2011) 
ÓPERAS (PUESTAS EN ESCENA)
  • L’Atlàntida (1996) 
  • El martiri de Sant Sebastià (1997) 
  • La condenació de Faust (1999) 
  • DQ, Don Quijote en Barcelona (2000) 
  • Sobre los acantilados de mármol 
  • La sinfonía fantástica (2002) 
  • La flauta màgica (2003) 
  • El oro del Rhin (2007) 
  • Sígfrid (2008) 
  • La Valquíria (2008) 
  • El gran macabre (2009) 
  • L’ocàs dels déus (2009) 
  • Rise and fall of the city of Mahagonny (2010) 
  • Tanhäuser (2010) 
  • Carmina Burana (2010) 
  • Sonntag aus Licht (2011) 
  • Quartett (2011) 
  • Oresteïa (2011) 
TEATRO
  • F@ust 3.0 (1999) 
  • Las Troyanas (2001) 
  • Metamorfosis (2005) 
  • Boris Gudonov (2008) 
  • Window of the City (2010) 
  • Terra Baixa reloaded (2011) 
CINE
  • Faust 5.0 (2001) con Isidro Ortiz 
OTROS FORMATOS
  • Naumon (2004), espectáculo itinerante en un barco.
  • Adéu a la tele (2008), exposición.
  • La ciudad inventada (2008), programa de espectáculos.
TRABAJOS DISCOGRÁFICOS
  • Ajöe (maxisingle) 
  • Suz (casete) 
  • Erg (casete) 
  • Noun (vinilo) 
  • M.T.M. (cdrom) 
  • KRAB (cd) 
  • Manes (cd) 
  • Simbiosis (cd) 
  • Accions (cd) 
  • Fausto 3.0 (cd) 
  • Fmol (cd) 
  • Ombra (cd) 
  • XXX (cd) 









Maider Salgado Álvarez